La experiencia del baño, consejo para el aseo de gatos
En nuestro anterior post os dimos unas pequeñas recomendaciones para mantener una buena higiene de vuestros amigos perrunos.
Hoy nos dedicaremos a comentar el aseo de vuestros gatos.
Los gatos son extremadamente pulcros. A ser verdad, ellos solos se acicalan y se mantienen limpios. Los verás limpiándose a menudo porque les encanta estar bien limpitos. Y a diferencia de los perros, los gatos salen poco de casa, incluso algunos ni pisan la calle, así que se ensucian mucho menos que nuestros caninos que deben salir a menudo a pasear.
Para ayudarles a mantener su higiene es bueno prevenir que no se ensucien. Para ello mantén limpio a diario su arenero, quita la basura y resto de comida fuera de su alcance y lávate bien las manos, si las tienes sucias, antes de acariciarlo.
Y lo más importante cepíllale a menudo para eliminar el pelo suelto. El cepillado es muy importante sobre todo para los gatos de pelo largo. Es conveniente cepillarles a menudo para evitar la formación de bolas de pelo en su estómago.
Pero en ocasiones puede que se ensucien y queramos darles un baño. Como máximo puedes bañarles una vez al mes por lo mismo que comentábamos con nuestros perros. Porque eliminas de su piel una fina capa de grasa que les sirve de protección de la dermis. Esta capa les protege del sol y del frío y si les bañas a menudo con jabones, les puedes dejar indefensos y producirles irritaciones, sequedad y descamaciones.
En principio parece que bañar un gato es más sencillo que a un perro por su tamaño, pero si no lo acostumbras de pequeñito, seguramente rehuirá del baño. Así que lo mejor es acostumbrarle a que pierda su miedo al agua. Si es pequeño sentirá curiosidad por cómo se mueve el agua creyendo que es un juego y no le tendrá miedo de mayor. Para ello tendrás que hacer que se calme al máximo a la hora del baño: muévete con calma y con movimientos suaves; acaríciale y háblale en tono cariñoso; Y cepíllale para que se distraiga y no ponga toda su atención en el agua
Para bañarle tenemos dos opciones:
1.- Hacerlo con un champú seco especial para gatos y cepillarle.
2.- Utilizar un champú normal especial para gatos.
Nunca utilices ni el de los humanos ni el de los perros ya que tienen un Ph diferente. Y sobre todo nunca los antipulgas y antiparasitarios para perros porque pueden ser muy peligrosos para ellos.
Antes de bañarle debes tener todo preparado: el champú, las toallas, el secador, el agua a temperatura adecuada… y tú ponte algo que te cubra los brazos para protegerte de un eventual arañazo.
En el barreño o en la bañera pon un antideslizante para que no se resbale. Llena un poco con agua para que no se asuste con el sonido del grifo y una vez hecho tráelo cariñosamente y cierra la puerta para que no se distraiga con otros ruidos y pueda irse. Métele poco a poco lentamente en el agua. Moja su cuerpo y ve acariciándole con el champú para gatos, evitando tocar orejas y ojos. Aclárale bien con agua hasta que no quede jabón y si le das con el agua de la ducha, recuerda ponerla a muy baja presión y comprobar antes su temperatura. Procura que todo el proceso sea lo más breve y calmado posible.
Sécale presionando ligeramente con una toalla, nunca frotando bruscamente y después termina con el secador a muy baja temperatura y a cierta distancia. Procura tener uno que haga el menor ruido posible. Y por supuesto no te olvides de cepillarle.
Ya sólo restaría limpiarle los ojos y las orejas. Para ello lo mejor sería utilizar una gasa un poquito húmeda y pasarla suavemente. Ya le puedes dejar tranquilo porque la tarea del baño ha terminado. Él continuará limpiándose y seguramente buscará en la casa un lugar con sol para terminar de secarse. No te olvides de acariciarle y darle mimos.
Esperamos que estos pequeños consejos te hayan servido de ayuda. Como siempre, para cualquier duda, puedes escribirnos a hola@tenpets.es
Un peludo abrazo.